TECPATÁN
Donde abundan los pedernales.
¡Hola Chito(a)!
Hoy va a ir de viaje conmigo al pueblo de Tecpatán, Bienvenido(a) a esta nueva aventura. Vamonós!!!.
Este pueblo de Chiapas, se ubica en la Región conocida como Montañas del Norte, a un costado del río Totopac. Su clima es caluroso húmedo, con lluvias abundantes en verano. En la antigüedad fue una población de la cultura Olmeca, misma que contralaba el comercio de la región. Abandonada por años, fue ocupado nuevamente por el pueblo Zoque, que hasta hoy día lo habitan. Llamaron al pueblo en idioma Zoque “Ocahual”, que en español significa «gente guerrera». Durante la expansión del imperio Mexica, en el gobierno del emperador Tlatoani Ahuizotl, fue conquistado.
Los mexicas le cambiaron el nombre a Tecpatlán. Del náhuatl, tecpatl= pedernales y tlan= lugar de o lugar donde abunda, que significa “lugar donde abundan los pedernales” . Durante la conquista española de Chiapas, se castellaniza su nombre a Santo Domingo Tecpatán.
Fue elegido, como el centro rector de la evangelización, en la zona zoque y norte de la comarca Chiapaneca. Santo Domingo Tecpatán junto con Chiapa de los Indios (hoy Chiapa de Corzo) y Santo Domingo Copanahuastla (actualmente en ruinas), fue una de las tres ciudades más importantes y pobladas de la colonia en Chiapas. llegando a tener más de 10 mil habitantes.
De ese pasado colonial Tecpatán ostenta un templo y exconvento, imponentes edificios de gran belleza. Los estilos arquitectónicos que poseen estas construcciones, son mudéjar, gótico y plateresco, propios del sur y centro de España. Estas edificaciones del siglo XVII, han soportado, lluvias tormentosas, terremotos, abandono, y por si fuera poco, también la erupción volcánica más violenta del México moderno, la del volcán Chichonal en Marzo de 1982.
Desde 2004, cuando estaba en secundaria y vimos parte de la historia de Chiapas, en el libro de texto venia una foto del templo del pueblo. Ahí me dije, algún día he de conocer ese pueblo y fue en diciembre de 2019 que lo conseguí. Conocí Tecpatán, en la aventura hacia el Volcán Chichonal. Aventura en la que conté con la compañía de mi madre. Antes de llegar al pueblo, desde la carretera, el templo es visible desde la distancia. Luego de entrar al pueblo, llegamos a las ruinas del exconvento. Para ingresar al edificio, tuve que ingresar por un pasillo muy angosto, construido intencionalmente para que pase una sola persona.
Lo primero que vi, fue el patio central del antiguo claustro. Este es un cuadrángulo de unos 80 metros por lado, en cuyo centro se encuentra un jardín, mismo que está flanqueado por columnas arqueadas, anchas y altas. Este claustro es de dos plantas, Actualmente no es posible subir a la segunda planta de este, ni a la torre campanario del templo, por los daños que causo a las construcciones el terremoto de septiembre del 2017.
En la planta de baja, los protagonistas son las bóvedas de crucería, con poco más de 5 metros de altura y de estilo gótico y mudéjar. Imaginá a todos esos hombres y mujeres indígenas, que con su esfuerzo y sus manos, levantaron estas majestuosas construcciones.
A un lado del acceso principal, encontré unas imponentes escaleras, que conducen a la segunda planta del antiguo convento. Son enormes, hasta hoy de las más grandes y amplias que he visto en mis visitas a exconventos. En la portada de las escaleras, se conserva una cruz flordelisada en alto relieve, esta flor es el símbolo de la orden dominica. Los dominicos fueron los encargados de convertir a los indígenas a la nueva religión.
El principal material de construcción en estos edificios es el ladrillo cocido. Por algunos rincones de la construcción, puede encontrar restos de la argamasa que cubría las paredes y techos. También vi algunos altos relieves en las paredes, haciendo referencia a flores de lis, higueras y lo que parecen ser medallones.
A un costado del exconvento, se yerguen la ruinas del templo en honor a Santo Domingo de Guzmán. Se conserva la nave principal de unos 25 metros de altura, la portada del altar mayor, arcos en la parte alta que sostenían los techos, que dicen los cronistas eran artesonados. Sobre la entrada principal hay un arco a mediana altura, donde debió estar el coro. La panorámica, me recuerda mucho, al interior de las ruinas del templo de Copanahuastla, a más de 200 kilometros de distancia.
Al salir de la nave del templo, la torre del campanario llama por completo mi atención. Esta es cuadrada, de unos 30 metros de altura, aún tiene algunas campanas en su interior. Pasando la barda atrial, llegué a la fachada principal del templo. Son visibles los estragos del tiempo. La Fachada principal de templo, da la impresión de ser una gran fortaleza, tiene 1 contrafuerte a cada lada del acceso principal, posee nichos en los que debieron estar imagines de santos venerados. En lo alto, la fachada está coronada por cuatro espadañas arqueadas. Todos estos elementos tanto de origen Ibérico con mezcla de la cosmovisión indígena hacen a las construcciones únicos y originales.
Uno de los lugareños me comentó que: El templo y el exconvento fueron abandonados por unos 60 años. Años en los que la naturaleza comenzó a recuperar su territorio. Lo que ocasionó deterioro, que algunas partes de las construcciones se vinieron abajo. Como es visible en la parte frontal del claustro, aun lado de la fachada principal del templo. El rescaté comenzó en los años 70 por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia INAH.
Después de recorrer el Templo y el exconvento, con los del grupo, buscamos donde desayunar. El coordinador de la excursión nos llevó a un restaurante llamado “comedor central”. Dicho lugar a mí no me gustó para nada, la forma en la que la encargada estaba atendiendo fue muy grosera y prepotente. A demás agrego pedante “si quieren desayunar, me van a esperar, porque son varias órdenes” y desde ahí comenzó mi molestia e incomodidad. Así que junto con mi mamá, optamos por buscar otro lugar donde desayunar.
Tengo un dicho personal que me inventé cuando viajo que dice: “si realmente queriero comer lo tradicional, lo meramente local, los mercados y fondas he de buscar”. Aplicando estas palabras, con mi mamá buscamos el mercado municipal. Que se encuentra a 2 cuadras del parque central. A pesar de que ya pasaba de las 10 de la mañana el mercado estaba casi vacío. Lo único que encontramos abierto fue la fonda de la señora Toña. Aquí desayunamos un rico caldo de pollo de rancho, con arroz y agua de naranjada, por $70 pesos MXN. Más económico y mucho mejor atendidos, que en el dichoso restaurante.
Después de desayunar, todavía nos dio tiempo para recorrer algunas calles del pueblo. Esperamos a los demás del grupo. Abordamos la unidad para seguir nuestra ruta. Antés de salir del pueblo la combi pasó frente al templo, después sobre el puente del río Totopac y así terminó nuestra visita a Tecpatán.
Bueno chitas y chitos. Hasta aquí la aventura de hoy. Gracias por leer, por compartir y por comentar.
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Nos vemos en la siguiente aventura.
Conejos para tu viaje a Tecpatán.
- La visita a la ruinas del templo y exconvento, bien valen la ida a Tecpatán.
- La entrada al exconvento, tiene un costo de $10 pesos MXN por persona, cuenta con servicios sanitarios.
- Sí vas en día Sábado, tené en cuenta que los negocios abren después de las 10 de la mañana.
- También se puede visitar balnearios a la orilla del río Totopac, los mototaxis te llevan.
- Platicando con lugareños, me enteré que también existe un museo de arte privado.
- También me enteré que a unos kilómetros del pueblo, hay un lugar de aguas medicinales y termales, llamado “el azufre”.