YAXCHILÁN

Ciudad maya en medio de la Selva de Chiapas.

¡Hola Chito(a)!!

En estas líneas te cuento sobre mi viaje a Yaxchilán, una antigua ciudad maya, que literal se encuentra en el medio de la selva de Chiapas. ¿Me acompañás? Bienvenido(a) a esta nueva aventura. Vamonós!!!!

Yaxchilán es una de las zonas arqueológicas más importantes de Chiapas. Esta ciudad pertenece a la cultura maya. Su nombre según los lingüistas significa: “Ciudad de piedras verdes”. También es conocida como la “Ciudad maya de los dinteles hermosos”. Ya que en la mayoría de sus templos y palacios, tienen los dinteles mejor labrados y conservados del área maya.

Llegar a Yaxchilán es una gran aventura. Se encuentra en medio de la Selva de Chiapas o Selva Lacandona, en el municipio de Ocosingo. Primero me trasladé a Palenque pueblo mágico. Una vez aquí, busque un Hotel donde dormir, pues al día siguiente sería mi aventura. También ubiqué la estación de las combis que van a Frontera Corozal. Esta se encuentra de la rotonda de la cabeza maya, 3 o 4 cuadras con dirección hacia el parque central.

Mí alarma sonó a las 6 de la mañana, me esperaba un día largo, pero lleno de aventura. Me levanté, tomé un baño y guarde mis cosas en mi fiel compañera, mi mochila. A las 7 de la mañana salió la combi de Palenque con rumbo a Frontera Corozal. En carretera fue un lapso de  2 horas  30 min aproximadamente. En frontera Corozal, hay 2 centros turísticos. Estos son Nueva Alianza y Escudo Jaguar, el servicio de lancha consiste en traslado por el río Usumacinta a la zona arqueológica, una vez en Yaxchilán te dan 2 horas para recorrido, y el regreso a frontera. Aproximadamente 4 horas por todo.

Me dirigí a Nueva  Alianza, a pedir informes, el costo del servicio es dependiendo el número de personas, consideran grupos de 4 hasta 10 personas. El precio va de los $1,000, hasta los $2,500 Pesos MXN. Esta fue la primera dificultad, pero nada impediría que llegara a Yaxchilán. Eran más de las 10 de la mañana y mi estómago tenía hambre, así que primero busque donde desayunar. Tanto en Nueva Alianza como en Escudo Jaguar, hay servicio de restaurant. Pero como ya has de saber, preferí caminar un poco por el pueblo y encontré una fonda llamada Maya Chol. Este se encuentra a 4 cuadras del embarcadero, aquí desayuné un rico caldo de pollo con sus tortillas a mano, y una taza de café por $95 pesos MXN.

Después de desayunar, volví al embarcadero. Donde encontré a otros mochileros que irían a Yaxchilán. Me animé y les pregunté si podía viajar con ellos, afortunadamente me dijeron que sí. En total fuimos 5 en el viaje, el servicio salió en $250 pesos MXN por persona. Aquí en Frontera Corozal, está la caseta de cobro del INAH, donde se paga el acceso a la Zona arqueológica, este tiene un costo de $70 pesos MXN. Después de hacer el pago, nos subimos a la lancha y esta salió del embarcadero. Estar surcando las aguas del Río Usumacinta, que es el más caudaloso de Chiapas y uno de los más largos de México. Es una de esas experiencias que valen todo y de premio conocer una zona arqueología en medio de la selva aún más.

El recorrido en lancha cuenta con vistas impactantes, las riveras lucen llenas de vegetación porpia de la selva alta perene. Si, tenés algo de suerte, podés ver algunos cocodrilos a las orillas del río. A mí me toco ver unos 2. Luego de unos 30 o 40 minutos de recorrido. Como si se tratara de una ilusión, al margen izquierdo del río, en lo alto de la rivera, alcancé a ver un montículo entre los árboles. ¡Llegamos! exclamé por dentro con gran alegría. Mi corazón se inundó de una mezcla de emociones.

El lanchero acomodó la embarcación, en una orilla escarpada, y nos acercó a unas escaleras por las que se sube hacia Yaxchilán. En la zona arqueológica hay personas que por $150 pesos MXN por persona. Te ofrecen recorrido guiado, para empezar no tenía el dinero, así que preferí recorrer la ciudad con lo que había leído de ella.

Aun lado del acceso principal comienza un sendero, mismo que comenzamos a caminar con los del grupo. Los monos saraguatos parecían recibirnos con sus rugidos. Luego de unos pasos, Yaxchilán estaba frente a nosotros. Se levanta orgullosa, majestuosa y viva, a pesar de que ha estado deshabitada por más de 1,500 años.

El edificio que nos recibió, es llamado “El laberinto”. Se cree que este edificio, fue utilizado  con fines rituales, a este recinto solo los gobernantes de la ciudad y el grupo de la alta jerarquía tenía acceso. Existen especulaciones de los arqueólogos que en este recinto realizaban ceremonias, para comunicarse con los espíritus de los ancestros y los dioses. También es posible que sirviera para iniciación de sacerdotes. El Laberinto, es obscuro, fresco y silencioso. Al recórrelo, encontramos pasadizos angostos, algunos de ellos nos conducían a callejones sin salida. La sensación de caminar entre sus pasillos en la penumbra, agudiza los sentidos, es una experiencia chingona. Luego de dar unas vueltas al interior de este edificio, de pronto al fondo vimos la luz de la salida.  Salimos justo frente a la gran plaza.

La gran plaza, es un espacio abierto y plano, con edificios a su alrededor. En la parte central, encontramos el edificio del “pok ta pok” o juego de pelota, este aún tiene sus marcadores circulares en las bases. También está el edificio del baño de vapor y otros. Múltiples estelas están esparcidas por la gran plaza, en los glifos inscritos en ellas, se narran las hazañas y rituales que hicieron quienes gobernaron esta ciudad.

Sobre una colina natural adaptada con escaleras, a unos 40 metros por encima de la gran plaza. Se alcanza a ver, la joya arquitectónica de Yaxchilán. El famoso templo 33. Comenzamos a subir, para llegar a él. Estando frente a frente pude admirar su crestería, que habla de un conocimiento matemático inigualable. En el centro de la crestería, se alcanza a apreciar lo que debió ser una figura humanoide. Dicen los expertos que se trata de una representación de “Pájaro Jaguar IV” el más importante y famoso gobernante que tuvo Yaxchilán.

Todo el edificio 33 habla de Wikik Ahau Pájaro Jaguar IV. En las escaleras de acceso, mandó a retratarse jugando pok ta pok (juego de pelota), en los dinteles de las puertas, se narra cómo llegó al poder y sus hazañas de conquista mientras gobernó Yaxchilán. Aún más impactante es la estatua monolítica labrada, que está al interior del edificio. La cabeza de esta estatua se encuentra separada del cuerpo mismo que está en otro cuarto. Una leyenda Maya Lacandona señala que: “El día que la cabeza de la estatua, sea colocada en su lugar, comenzará el final de los tiempos”.

Atrás del templo 33, existe un sendero entre la selva, por el cual se llega a tres templos, denominados como el conjunto del sur. Este conjunto arquitectónico está en la parte más alta de toda la zona arqueológica. En el camino sí tenés algo de suerte, podés encontrar, tepezcuintle, pavas y en los arboles pueden verse algunos monos araña y saraguatos.

Por último se puede visitar la parte de palacios habitacionales de Yaxchilán, la llamada “Pequeña acrópolis”. Esta sección, como el conjunto del sur, suelen ser poco visitados. La “pequeña Acrópolis”, se cree, fue la zona residencial de los gobernantes de esta ciudad Maya. Se caracteriza por parecer una fortaleza, existe una sola escalera de acceso. Dentro del conjunto hay patios y alrededor de los mismos, existen lo que parecieran haber sido habitaciones. La imaginación vuela especulando ¿Qué eran? y ¿Para qué servían estos espacios?.

Desgraciadamente las 2 horas que dan para recorrer Yaxchilán, terminaron muy rápido, o al menos eso me pareció. Aquí en la “pequeña acrópolis” existe un sendero que lleva justo al acceso principal de la zona arqueológica. Comenzamos a bajar para llegar a la lancha. abordamos y me despedí de Yaxchilán.

Comenzamos el regreso, después de unos 50 minutos llegamos a Frontera Corozal. Me despedí de los amigos hechos en el viaje, esperando volvernos a encontrar. Busqué donde comer, eran casi las 3 de la tarde. Me recomendaron mucho el Restaurante «Corazón Lacandón en la selva». Así que me puse a buscarlo. Se encuentra casi en la entrada a la comunidad, aquí comí un platillo llamado “pollo ek”  que la verdad estaba riquísimo. Es pollo en una especie de recado hecho de chaya, además va acompañado de verduras, arroz, frijoles y tortillas. Por un costó de $160 pesos MX. Después de comer, esperé la combi para volver a Palenque. Que cabe decirte era la última, según me comentó el chofer. Pues eran casi a las 5 de la tarde.

Bueno chitas y chitos. Hasta aquí la aventura de hoy. Gracias por leer, por compartir y por comentar.

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Nos vemos en la siguiente aventura.

Recomendaciones para el viaje a Yaxchilán:

• Se encuentra abierto de lunes a domingo de 08:00 a 17:00 horas, así que planifica bien tu llegada.
• Llevá ropa cómoda, porque caminarás y subirás escaleras para algunos puntos de la ciudad.
• No olvidés llevar agua, ya que el calor de la selva y la caminata, hacen sudar la gota gorda.
• En el acceso a la Zona Arqueológica hay servicios sanitarios.
• En Frontera Corozal deberás hacer un pago de $70 pesos MXN. Este pago es por el acceso a la Zona Arqueológica.
• Estudiantes, profesores y personas de la tercera edad con credencial vigente tienen 50% de descuento.
• Los días domingos, la entrada a la zona arqueológica es gratuita para Nacionales.

¿Dónde Comer en Frontera Corozal?

• En los dos centros turísticos ofrecen servicio de restaurante, en lo personal opté en buscar otro lugar.
• En el pueblo Desayune en la fonda «Maya Chol» a unas 4 cuadras del embarcadero y comí al volver de Yaxchilán en el Restaurante «Corazón Lacandón en la Selva», ambos muy buenos y confiables.